Uff, la boda de Edison y Bastian… ¿cómo olvidarla? Fue un matrimonio que se postergó tres veces, pero cuando el amor está decidido y se quieren hacer las cosas bien, los retrasos siempre tienen sentido. Incluso en la sesión preboda tuvimos tropiezos: inconvenientes de último minuto, planes que cambiaban, y hasta nosotros fallamos en la comunicación al no darles todos los detalles que solemos compartir antes. Pero al final, con esa naturalidad que nos caracteriza, resolvimos juntos qué hacer y hacia dónde ir. Ellos se dejaron llevar, confiaron, y lo más importante: se sintieron cómodos siendo ellos mismos. Las fotos lo dicen todo.
El día de la boda no podía empezar mejor. Nos unimos a ellos en el hotel, compartiendo esos momentos íntimos de preparación, risas nerviosas y miradas cómplices que lo dicen todo sin palabras. Luego llegó la ceremonia: emotiva, sincera y cargada de la energía de todos los que habían esperado tanto como ellos para ese día. Cada gesto, cada lágrima, cada sonrisa… fue un recordatorio de por qué me apasiona tanto capturar historias como esta.
Todas las bodas son distintas, pero todas tienen algo en común, son especiales. ¡Queremos contar tu historia!

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